se debe de realizar toda la gestión respectiva para
mantener la temperatura del planeta por debajo del
aumento de los grados anuales. De acuerdo con este
contexto, en nuestro país desde el año 2000, el país
quiere asegurar el suministro de energía mediante la
búsqueda y el desarrollo de recursos energéticos,
aumentando las plantas de energía existentes en donde
se rijan dentro de un sano marco de competitividad
para el crecimiento de la economía nacional,
protección al consumidor y minimizar el uso e impacto
negativo de elementos de uso energético (Ley
N°27345 Ley de promoción del uso eficiente de la
energía, 2000, paginas 1,2).
A lo largo de los años, se ha hecho evidente la
necesidad de una mayor demanda de energía, pero con
la necesidad de reducir las emisiones de GHG, por lo
que el agotamiento de fuentes como el carbón,
petróleo y el gas ha dado pie a la búsqueda de otras
fuentes de energías como las renovables y el estudio
más activo de la eficiencia energética. En este
escenario, la intensidad energética nacional tuvo un
decrecimiento hasta el 1.2% anuales entre los años
2004 y 2019. Los motivos del incremento de la
eficiencia energética en el país son básicamente en el
uso de equipos y fuentes más eficientes y mejor
distribución de la energía al consumidor (Balance de
energía 2019, 2019, paginas 97 – 102).
Un indicador clave para el avance de la gestión de la
energía, es el correcto diagnostico energético para dar
mayor crecimiento a la eficiencia energética. Este
método nos permite analizar el consumo energético en
la vivienda, lo que nos permitirá saber: el principal
dispositivo consumidor de energía y la cantidad de
energía utilizada. Por esta razón el consumo eléctrico
en un hogar se vuelve clave para la eficiencia
energética en una nación (Guía de Orientación del Uso
Eficiente de la Energía y de Diagnóstico Energético,
Ministerio de Energía y Minas, 2020, pagina 9 – 44).
En tal sentido, en el Perú, el tarifario eléctrico
domestico está compuesto por 49.6% de generación de
la electricidad, 22.7% de transmisión y 27.7%
distribución. Es importante también resaltar que la
IEA se refiere a la eficiencia energética como el
«primer combustible» y la describe como el único
combustible del que disponen todos los países. Por
otro lado, en los últimos dos años, habido una subida
considerable en los precios del tarifario eléctrico
residencial, por dos motivos principales: el alza del
dólar y el incremento del cobre y aluminio, estos dos
metales son vitales para el trasporte y distribución de
la electricidad. El organismo fiscalizador de la energía
en el Perú Osinergmin indica un alza de hasta 3.5% en
el tarifario eléctrico en comparación del año 2022
(Tarifas Eléctricas, Osinerming, 2016, paginas 1 -16).
Con el impulso de la tecnología solar y de baterías más
barata, la implementación de sistemas fotovoltaicos y
de almacenamiento de energía a escala residencial se
vuelve más accesible para el consumidor promedio, la
promoción de energía solar como parte de energía
renovable y convertida a energía fotovoltaica que la
energía eléctrica sea gratuita y menos costosa de
implementar (Análisis del ahorro financiero y de
carbono de los sistemas de energía doméstica
conectados a la red junto con la generación solar
fotovoltaica y el uso de vehículos eléctricos, Steven
Johnston, 2022).
Con este tipo de implementaciones, el usuario saca
provecho de un tipo de energía infinita, a la vez que ya
no dependerá de la energía de la red, lo que le permitirá
una disminución en su tarifa y la generación de GHG.
Existen tres categorías generales de sistemas
Fotovoltaico: los sistemas FV aislados, los instalados
a la red y los sistemas híbridos. Los sistemas
desconectados de la red producen electricidad que se
consume en el lugar y pueden tener un sistema de
baterías incorporado para almacenamiento de energía.
Los sistemas conectados a la red eléctrica inyectan la
electricidad producida en la red eléctrica. Los sistemas
híbridos, son aquellos que incorporan otra fuente de
energía a la fotovoltaica como: biomasa o diésel. Estos
tipos pueden ser usados para edificios. Sin embargo,
en el contexto de la construcción, hay que distinguir
dos categorías más: Sistemas FV aplicados al edificio
y Sistemas FV integrados en el edificio. Los sistemas
FV aplicados al edificio se refieren a los FV en el
tejado o ensamblados sobre la fachada del edificio. En
cuanto al diseño del edificio, es importante considerar
la orientación del tejado (hacia el ecuador sería lo
ideal), el ángulo de inclinación del tejado
(dependiendo de la latitud del lugar), así como los
elementos del tejado que podrían proyectar sombra
sobre los módulos FV (por ejemplo, chimeneas,
antenas parabólicas, etc.). Los sistemas FV integrados
en el edificio se refieren a los módulos FV integrados
en la fachada, el tejado o las ventanas (Sistemas
fotovoltaicos integrados en edificios como elemento
central para ciudades inteligentes, Silke Krawietz,
2016).